Muchas veces tendemos a condicionarnos por el concepto, o por la idea que tienen los demás de nosotros, validamos tanto la opinión de los demás que automáticamente asumimos como realidad eso que ellos ven desde fuera… Porque… en realidad eso es lo que ven, lo de fuera, que es eso que tú quieres que vean.
Pero qué pasa con lo de adentro? Esa parte realmente importante de ti, esa que abarca tus inseguridades, tus miedos, tus sueños, tu esencia, esa parte que es la que constituye tu verdadero yo, es la misma que nadie conoce.
Otros piensan que desde cómo es su realidad, la tuya debe ser igual, que según lo políticamente correcto en la sociedad es el modo de vivir qué debemos adoptar, cuando no es así… Cada ser humano lleva un proceso individual donde se hace pedazos y vuelve a reconstruirse cada cierto tiempo.
No puedes obligar a una mujer a parir a los 20 o los 30 porque es lo que corresponde según la sociedad, cuando para muchas ser madre no es la meta, o no puedes influenciar a tu mejor amigo para que sea fiestero como tú y salga cada fin de semana si se siente cómodo leyendo un libro y tomándo una copa de vino en casa de vez en cuando.
Déjense de joder! Cada quien tiene sus propias metas, sus propias luchas, sus propias debilidades y en base a ellas existe y a la vez subsiste.